21.1.11

Bajo el sol de Texas, se oía una motosierra

“En los treinta, el horror eran los monstruos. En los cincuenta, eran los excesos de la ciencia. Después de La masacre..., el horror pasamos a ser nosotros". Louis Black



Dentro de los subgéneros del cine de terror encontramos a los psychos killers, famosos por su mirada macabra. Quién como ellos sino para lograr que los adolescentes deprimidos, perturbados o maltratados sientan que “quien las hace, las paga”
Algunos más gore, otros menos cruentos, el tema es que todos en mayor o menor medida nos hemos revuelto nerviosos en los asientos del cine o de casa al ver las películas que los tienen como protagonistas.
El consuelo que nos queda en general es pensar que son cosas de ficción, nada es real, las mentes perturbadas de los guionistas inventan historias realmente escalofriantes.
Y en eso nos regodeamos, y nos refugiamos, para que el miedo no nos aprisione y nos ahogue.
Bueno, estimados lectores, también aquí la realidad supera (y con creces) a la ficción.
Pero comencemos por el principio, como corresponde.
Dentro del cine de terror podemos encontrar varios subgéneros, muy ricos e interesantes en cuanto a contenido. Uno de ellos es el “slasher”, donde los asesinos seriales (Psycho Killers) son los príncipes.
El término es un anglicanismo originado en la palabra “slash” que significa corte o cuchillada. Una de las características principales de este subgénero se refiere a las armas utilizadas en los asesinatos: todas son de corte, ya sean navajas en guantes, cuchillos, motosierras, hachas, en fin…aquello que derive en ríos infinitos de sangre.
El slasher además debe ser rápido, las ejecuciones carecen de la elegancia del giallo italiano (referido a la forma de matar y a la filmación cuidada), por el contrario son muertes violentas y burdas, donde como consecuencia obvia se pierde mucha, pero mucha sangre.
Otro punto importante está relacionado con los asesinos: todos sufrieron en mayor o menor medida humillaciones, crianzas extremas y sus maldades en realidad son consecuencias de esos maltratos. Sin dudas esto deriva en cierta identificación por parte de los adolescentes, admiradores totales de este tipo de sagas.
Muchos de estos protagonistas truculentos coinciden en compartir rasgos extraordinarios: tienen dones especiales, logran súper poderes que usan para el mal, en fin…características que los alejan de nosotros, con lo cual nos mantenemos relativamente tranquilos en aquella butaca de cine que cité más arriba.
Sin embargo, algunos asesinos no poseen ninguno de esos poderes o dones negativos. Ahí el asiento en el cine empieza a picar un poco, y nos revolvemos nerviositos en él.
Lo terrible es enterarse que algún PK está basado en hombres reales. Ahí si que lo que parece sólo ficción encierra la posibilidad que quien vive al lado de casa sea en realidad un posible loco con una víctima por semana.
Algo así es lo que se desprende cuando se investiga acerca de Lethearface. El famoso cara de cuero, el loco de la motosierra, y algunos otros adjetivos, en realidad está basado en uno de los asesinos seriales más cruentos y temidos de la historia.
Edward Gein vivía como un simple muchacho solitario en Plainfield, Wisconsin, EEUU. Había sufrido humillaciones de pequeño por parte de su padre y una rígida educación religiosa por parte de su madre. Tenía también un hermano que se supone murió en un “accidente”, un incendio,  provocado por Ed.
Cuando quedó solo después de la muerte de su madre, todas las penurias psicológicas a las que fue expuesto eclosionaron.
Gein estaba obsesionado con revivir a su madre. Y no encontró mejor modo en un principio que profanar tumbas de mujeres mayores en el cementerio local. Por supuesto, estos hechos no lo convertían en un asesino, sino en un “simple” necrofílico.
¿Para qué hacía esto? Para recolectar cráneos, trozos de piel, huesos varios, en fin…una serie de fetiches que adornaban su casa, cabezas humanas incluídas.
Algunas versiones cuentan que tanta profanación comenzó a notarse en la pequeña ciudad, así que la solución pasó por no más visitas al cementerio sino directamente ahorrarse el trámite y matar mujeres. También dicen que no es lo mismo curtir piel muerta desde hace un tiempito que la recién matadita, así que…había que comprobar la teoría.
Otra versión, la que se puede ver en la película “Ed Gein: el carnicero de Plainfield” indica alucinaciones por parte de Gein, donde su madre se le aparecía y señalaba a quienes debía “limpiar” del mundo, para extirpar el pecado.
Sea como fuere, la primera víctima fue la dueña de la taberna, Mary Hogan a quien Eddie asesinó, cargó en su vetusta camioneta y llevó a casita (la granja del horror, como la llamaron) con fines poco, muy poco divertidos. Como hacía con los cadáveres del camposanto, la escalpeló, mutiló y descuartizó en el sótano de su casa.
Al poco tiempo, hizo lo mismo con la dueña de la ferretería donde compraba el anticongelante que no utilizaba para su tractor justamente.
También se la llevó muerta o casi,  que en definitiva es lo mismo, a su granja.
Lo que Gein no tuvo en cuenta fue que la señora anotó la última venta y el comprador en su libro de caja diario. Cuando la policía llegó a la casita del horror se encontró con imágenes propias de Lovecraft o Goya: cráneos utilizados como vasijas, cabezas humanas, columnas vertebrales y miles de huesos esparcidos por la casa. Pero lo peor fue el cuerpo de Bernice Worden decapitado, abierto desde el pecho hasta el bajo vientre, desangrándose colgado de un aparejo fabricado especialmente, como si se tratara de un cerdo o cualquier animal recién cazado.
Una de las espantosas cosas que se encontraron son las que dieron origen no sólo a Leatherface sino también a Hannibal: una especie de traje realizado en piel humana, con una delantera femenina, esto es, pechos de mujer y un “delantal” decorado con una vagina, además de una especie de máscara que supuestamente Gein utilizaba para alcanzar su deseo de ser una mujer. Otras bellezas de indumentaria fueron un cinturón armado con pezones, un collar que tenía labios y falanges y alguna que otra cosita de este tipo. También, y para intercambiar de acuerdo a cómo se presentaba el día, Gein contaba con una amplia colección de máscaras, realizadas con….caras humanas reales.
La decoración del hogar además lucía bellos cueros humanos tapizando sillas, bancos y mesas. Todo un hacedor de manualidades el buenazo de Eddie.
Ahora bien, nos preguntaremos que tiene esto que ver con motosierras. Nada, claro. El Lethearface que conocemos como protagonista de “The Texas Chain saw  Massacre” sólo está inspirado en este asesino y en otros, como Elmer Wayne Henley, de Houston (Texas), que tiene el horrorífico honor de haber sido el ayudante de Candy Man J
Según el director de la película, Tobe Hooper, además de la influencia de Gein, se inspiró en la historia de una familia de caníbales reales que vivieron en Escocia a fines del siglo XVIII.  Sawney Bean era el líder de este clan y vivían no sólo del asalto y de despojar a los viajeros de sus pertenencias sino además…de su carne. ¿CÓMOO??? Si, si, se los comían. Una familia ejemplar, no desperdiciaban nada. Cuando los encontraron, después de 25 años de comerse a los pobres escoceses, en su cueva-vivienda hallaron brazos, piernas, manos, pies, colgando como ristras de ajos del techo del lugar, secándose. Y también muchas partes humanas preparadas en…escabeche….ajjj!
Como una apostilla, les cuento que esta historia de antropófagos no escapó del cine. Wes Craven filmó “Las colinas tienen ojos” en 1977, y un tiempo después (en 2006) se realizó una remake y una secuela, “El retorno de los malditos” (2007). En el 2006 también nos encontramos con otra película similar (de dudosa reputación) “Los caníbales de Hillside”, que tiene algo de la original de Craven pero no es su remake cuasi oficial.  Otra película relacionada de algún modo con Sawney es “Desvío al infierno”, pero estos son temas para desarrollar en otro momento J
Con estos “inspiradores” asesinos, Hooper necesitaba aún un arma merecedora de todo el horror posible.
Un día Tobe estaba en un supermercado, una tienda, llena de gente. Imagino la sensación del director: lo único que uno pretende cuando está en esa situación es…irse lo antes posible. Divagando mentalmente en cómo abrirse paso, Tobe vislumbró la zona de herramientas. Y allí se encontró con las motosierras. Seguramente se imaginó a sí mismo encendiéndola, la gente abriéndose para darle paso…excelente modo!! Así que decidió llegado el momento que la mejor arma sería una motosierra. Un dato extra conocido es que nunca se vió la marca de la misma, para evitar problemas legales. Precavido Tobe. Sobre todo, porque sabía que su presupuesto no sería demasiado importante.
Inicialmente la película se llamó "The Texas Chain Saw Massacre" (La Masacre de la Cadena de la Sierra de Texas) pero entre el público se terminó conociendo con el título actual: "The Texas Chainsaw Massacre" (La Masacre de la Sierra Mecánica de Texas).
Recapitulemos: un asesino serial trasvestido en la piel de sus víctimas, un entregador de niños y adolescentes listos para la muerte, un clan de caníbales y una motosierra. Todos estos ingredientes lograron una película que se convirtió en culto indiscutido del slasher. Y en el puntapié inicial del subgénero, además de ser una especie de bisagra en el concepto e inclusión de la sangre en los filmes.
Esto es, “La masacre…”, junto a la “La noche de los muertos vivos” de G.Romero cambiaron el cine gore (o splatter) al lograr que los popes de Hollywood se fijaran en este tipo de cine. Si vamos al caso, en “La masacre…” la sangre tiene importancia, pero no tanta como la ambientación que logra su director y equipo. El gore, por ende, no sólo se compone de cataratas de sangre sin sentido: va más allá, lleva en sí mismo un sentimiento de opresión, disgusto, desencanto…en fin…sentimientos y sensaciones poco amigables, sin dudas.
Si hablamos de puesta en escena, efectos y sensaciones, algo que salta desde el vamos es la música que ambienta la peli. En realidad, más que música deberíamos hablar de sonidos: gritos, aullidos, quejidos, cosas que se arrastran, hacen que no sólo la vista se encuentre atosigada de espanto, sino también los oídos.
El uso de la cámara (magistral) fue también parte fundamental en esta película, que convierte al espectador en aterrado testigo de un holocausto sangriento.
Un dato conocido es que si bien se filmó en 16mm, para exhibirla se debió pasar a 35 mm, cosa que logra un granulado bastante tétrico a la hora de verla en la gran pantalla.
Si nunca viste la película, posiblemente te preguntarás a esta altura de la investigación de qué se trata. El argumento es simple y efectista.
Los chicos llegan a una estación de servicio, pero no logran cargar combustible, así que se deciden por ir a la casa del abuelo de Sally (la mencionada chica principal). Lo que sigue es horrible, ya que muy cerquita vive una familia de antropófagos, esto es, caníbales, de la que forma parte aquel muchacho que hacía dedo.
Uno a uno irán cayendo en las garras de estos locos, una especie de clan, conformado por un retrasado mental (Letatherface o CaraDeCuero), el abuelo y dos hermanos, que en definitiva son quienes dirigen los pasos del débil mental.
Cuando comienza el film todo hace pensar a los espectadores que los hechos allí narrados fueron reales. En realidad sólo se trató de una táctica para asustar al público. También hubo otra artimaña que fue denunciada por los pobres espectadores. En algunos estrenos se contrató a un actor para que apareciera en las salas de cine disfrazado como Lethearface, con una motosierra para crear “clima”. Imagínense la reacción de esas pobres personas…
Retomando el argumento,  podríamos decir que lo que realmente asusta de este film no es lo que se ve, sino aquello que se deja adivinar. Un ejemplo de esto es el asesinato del personaje en silla de ruedas. En realidad no se ve demasiado de eso, sino se sugiere el horror.
Cada muerte, cada asesinato es de hechura perfecta, muy poco delicada, sino por el contrario, son odas al terror.
Lethearface  se convierte por momentos en un ser cuasi querible, digno de pena y lástima, manipulado por su familia para quienes no hay más honor que el de la motosierra.
El director Tobe Hooper le dio libertad total al actor que encarnaría el personaje, Gunnar Hansen, para la personificación del mismo.
En el guión, Leatherface era un hombre robusto y alto, que tal como su inspirador, llevaba una máscara de piel humana. Era retardado mental, por lo cual el actor decidió visitar una institución donde vivían este tipo de enfermos para copiarles su andar y su forma de hablar. El resultado fue entonces un hombretón enorme, que caminaba con cierta dificultad (el actor llevaba zancos para parecer aún más alto), que no hablaba (aunque el guión pautaba que si dijera algunas palabras sueltas) sino que balbuceaba y gritaba, que babeaba y tenía una apariencia sádica, desesperada, y aún así logra cierta ternura difícil de aceptar y describir por parte del espectador.
Otra característica física y horrorosa son los dientes, torcidos y casi bestiales. Quien realizó la prótesis fue ni más ni menos que el dentista personal del actor. Será por eso que quedan tan naturales.
Si nos ocupamos específicamente del argumento, diremos que la primera víctima muere bajo los golpes de un martillo, la segunda víctima es colgada de un gancho para depostar reses (Nota: la actriz que juega este papel fue atada con hilo de tanza para dar la  idea de colgar de ese gancho. Esas ataduras la lastimaron, por lo que muchas de sus caras de horror o dolor no eran nada figuradas, sino bien reales)
El tercer asesinado cae bajo las garras del “loco de la motosierra” –como también se conoce a este psycho killer- cuando descubre a su novia (la chica del gancho) adentro de un freezer vertical.
Los que quedan hasta ahora vivos e ignorantes de los vecinitos amorosos son los hermanos, Sally y Franklin, el que está en una silla de ruedas. Como sus amigos no regresan, deciden ir en su búsqueda. Obvio…el próximo candidato a morir es el muchacho paralítico que sufrirá los embates de la motosierra emblemática.
Nos queda la chica, Sally, una scream queen (reina del grito) digna de admiración.
Qué mejor lugar para escapar corriendo que un bosque….Hacia allí se dirige la señorita, con el malo de Cara de Cuero pisándole los talones (una de las persecuciones memorables en la historia del cine de terror), arañandose el cuerpo con las ramas y raíces de los árboles, heridas que en su mayoría fueron reales.
La chica cree estar a salvo cuando descubre la estación de servicio donde se inicia la pesadilla. Y pide ayuda pero…quien debería socorrerla la entrega atadita de pies y manos a la familia caníbal quien se la lleva como si fuera un pollo al spiedo.
Nos queda conocer en esta semblanza al bueno del abuelito (interpretado por un actor de tan sólo 18 años, con kilos de maquillaje). El buen señor se entretiene un ratito tratando de pegarle con un mazo a la aterrada Sally, cosa que no consigue, aunque estas escenas nos hacen revolver (otra vez) nerviosos en los asientos.
La chica que por suerte no se desmaya ni pierde cierto dominio propio (menos mal, sino sería aburrido lo que sigue…o no hubiera existido) ve una oportunidad y escapa por una ventana, el que hacía dedo y Lethearface salen en su búsqueda (con todo el ambiente opresivo que puede tener este tipo de escenas persecutorias)  pero Sally logra alcanzar la autopista. Cuando el chico a dedo pareciera cumplir con su objetivo de cacería, un camión le pasa por arriba. El camionero se baja, la chica corre pero Lethearface es más rápido y junto a su fiel compañera Motosierra acaba con la vida del pobre tipo.
Sally corre y corre, hasta que logra subirse a una camioneta que frena. Obvio, la puerta abierta para secuelas queda abierta, ya que aquí termina esta primera parte de la saga.
La segunda película, dirigida también por Tobe Hooper se llamó “The Texas Chainsaw Massacre 2”(1986) y fue mucho más cruenta (si aún se podía ser más que la primera).
La historia se desarrolla 13 años después de la matanza anterior y lleva en sí misma la particularidad de un atisbo de romance por parte de Leatherface.
Esta vez son dos los jóvenes que recorren alegremente Texas. Se les ocurre molestar a la locutora de una radio local, así que llaman por teléfono una vez para divertirse. Vantia ”Stretch” Brock atiende dos veces, la segunda no escucha las risotadas burlonas de los jóvenes sino gritos y el ruido horripilante de una motosierra. Comenzará entonces una cacería, la de la familia de caníbales que tiene a Leatherface como protagonista principal. Justamente éste último será quien llegue a la radio, luego que la chica Stretch sacara al aire la grabación del asesinato de los chicos. Pero…en lugar de matarla, la deja libre, es por esto que algunos dicen que el bueno de Cara de Cuero se “enamora” de la mujer.
Lo que sigue es más de lo mismo: corridas, motosierra, sangre, gritos, que derivan en la aparente muerte de Cara de Cuero, merced a una granda que revienta en su estómago.
También fue prohibida, censurada y resistida en muchos sitios del mundo. Pero aumentó el aura de saga de culto que iniciara la primera.
El actor que interpretó a Cara de Cuero en la primera parte (el islandés Gunnar Hansen) no aceptó esta vez el papel.
Ya para la tercer, “The Texas Chainsaw Massacre III: Leatherface” (1990) Tobe no formó parte del proyecto y como es de suponer, fue muy mal recibida por la crítica.
Su argumento se mueve en pantanosas aguas, a decir verdad. Aparecen muchos personajes víctimas y otros tantos victimarios, armándose una intricada red de actores.
Aparecen dos niñas, una “buena” que será asesinada por Leatrherface y una “mala”, que matará sin piedad a alguno de los protagonistas.
Al final por supuesto, el personaje principal se ve a la distancia, vivito y coleando.
La cuarta parte “The Texas Chainsaw Massacre: The Next Generation” (1994) pretendió ser una remake de la original, con algunos cambios y obtuvo la peor puntuación crítica de toda la saga. Otra vez el argumento gira alrededor de amigos que viajan por Texas, aunque esta vez lo que sucede es una equivocación en la ruta a seguir. Por supuesto, cuando buscan ayuda se encuentran con la adorable familia de caníbales, los Sawyers. Lo que sucede en ella es ruido es motosierra, sangre, gritos…y Leatherface sigue babeante y vivo al final de la peli.
Años después se filmó ahora sí, la remake que dio mucho que hablar, en el 2003. Si bien fue recibido con elogios, NUNCA superó a la original.
Esta vez los jóvenes recogen a una chica en la ruta que no daña a nadie con una navaja sino que se suicida con un revólver. Luego de informar a las autoridades, los jóvenes tiene la mala suerte de caer en una casa, la de los caníbales, claro, donde uno a uno caerán bajo el yugo de la motosierra y los mazazos. La única que se salvará es una chica que al final de la peli logrará escapar llevando en brazos a un bebe que había sido raptado por los malvados Sawyers.
Y en el 2006 se filmó la precuela “The Texas Chainsaw Massacre: The Beginning”, ambientada 4 años antes que la remake del 2003.
Esta película busca contarnos por lo tanto, por qué los caníbales son como son y por qué Cara de Cuero es lo monstruoso y horrible que es.
Muertes, motosierra, sangre, otra vez  son los ingredientes perfectos para esta película, la última hasta el momento de la saga.


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UN DIA EN TEXAS
En el parque han encontrado
cinco niños degollados
falta en la carnicería
un cuchillo de cocina
Un día cualquiera
en Texas, en Texas
Un día cualquiera
en Texas
En el matadero
alguien hace horas extras
y hay un fuerte olor a sangre
Un día cualquiera
en Texas, en Texas
Un día cualquiera
en Texas.

PARALISIS PERMANENTE 

'Who will survive and what will be left of them?

Murder By Death 



Alejandra Márquez
especial Héroes Terror

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